lunes, 26 de agosto de 2013

Pegging: acabando con los mitos del sexo anal masculino.

De mis tiempos trabajando en el sex shop hay miles de experiencias que recuerdo. Algunas más divertidas que otras, e incluso algunas totalmente inverosímiles. 
Pero recuerdo perfectamente la primera vez que una pareja se presentó en el mostrador de la tienda para pedirme un arnés. 

(Si no sabéis lo que es un arnés, es una braguita ajustable que lleva incorporado un dildo fijo o varios dildos intercambiables. Hay arneses de dildo hueco y otros dobles que poseen un dildo posterior más pequeño para la vagina. Puedes encontrarlos con vibrador o sin él, ya va por gustos. También podemos encontrar formatos mucho más modernos como el de la foto de la derecha.) 


Salí del mostrador y acompañé a la pareja hasta el expositor donde teníamos los arneses. Fue en ese momento en el que escuché un susurro por parte del joven: "Creo que son demasiado grandes para mi" 
Por la mezcla de curiosidad y la necesidad de saber lo que buscaban para ofrecerles lo que necesitaban exactamente pregunté por la finalidad del juguete. 

—"Es que una de mis fantasías es sodomizar a mi novio".— 

Sinceramente a mi joven yo le impactó un poco aquella afirmación. Y es que el sexo anal en hombres heterosexuales o pegging sigue siendo uno de los grandes tabúes del siglo XXI. 
El sexo anal masculino se suele asociar a la comunidad homosexual y a algunas prácticas de BDSM. Me he encontrado con miles de chicos piensan que el hecho de que a un hombre le guste que su pareja juegue con su ano es sinónimo de homosexualidad y  nada más lejos de la realidad. Una cosa es que te gusten personas de tu mismo sexo y otra que encuentres una forma más de explorar y disfrutar de tu sexualidad en todos sus aspectos. Así que chicos los miedo infundados podéis dejarlos sin problemas en la época de Inquisición. 

Antes de atrevernos a practicar pegging debéis estar de acuerdo ambas partes. La zona anal es una de las zonas eróticas tanto en hombres cómo en mujeres. Y más sin tenemos en cuenta para los primeros que el "punto G masculino" o el "punto P" se encuentra precisamente en el interior de esta zona. 
La preparación de la zona es fundamental para conseguir el objetivo de disfrutar del placer que se pretende dar. Lubricar y dilatar bien la zona es muy importante para evitar dañar a nuestra pareja; por lo que chicas, entiendo que el cambio de rol puede ser excitante y que vernos en esa posición de dominación sexual puede hacernos perder un poco los estribos, pero hay que ser pacientes. No tengáis prisa en conseguir que vuestro hombre se os "abra". Ya habrá tiempo para ponerse rudas cuando le tengáis totalmente entregado a vuestras embestidas. Podéis contar con alguna crema dilatadora, son buenas para este fin. 
Si queréis hacer llegar a vuestro chico a un orgasmo totalmente desconocido e inimaginable podéis masturbarle mientras estimuláis su punto P a través de la penetración. 




Si os da un poco de miedo probar con un arnés podéis empezar con masturbación anal, a través de vibradores anales especialmente diseñados para hombres, o con vuestras manos. 
Importante recordaros que todos los juguetes para sexo anal deben llevar incorporado un tope que en la base para evitar perderlo en el interior del cuerpo. 



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